El panettone, ese delicioso bizcocho italiano que decora las mesas de Navidad en todo el mundo, tiene una historia mucho más compleja y fascinante de lo que podríamos imaginar. Aunque hoy en día se asocia inevitablemente con la época navideña, sus orígenes están rodeados de leyendas y tradición. Este dulce representa no solo un símbolo de celebración, sino también de creatividad y evolución a lo largo de los siglos.
Milán, la elegante capital de Lombardía, fue el escenario principal donde comenzó la historia de este postre. Sin embargo, el camino que llevó al panettone a convertirse en un icono global está lleno de relatos pintorescos y muchas versiones, cada una de ellas con detalles únicos pero siempre cautivadores.
Los primeros pasos del panettone: leyenda y tradición
Una de las leyendas más populares sobre el panettone señala que su origen se remonta al siglo XV durante un banquete en la corte de Ludovico Sforza, duque de Milán. Según esta historia, un error en la cocina llevó al ayudante de un cocinero, llamado Toni, a improvisar un postre usando los ingredientes que tenía a mano: harina, huevos, manteca, pasas y frutas confitadas. El resultado fue tan exitoso que el dulce comenzó a ser conocido como «el pan de Toni«, lo que derivaría más tarde en el nombre «panettone».
Otra versión igualmente romántica cuenta que un noble milanés llamado Ughetto Atellani se enamoró de la hija de un panadero. Para impresionarla, se hizo pasar por aprendiz de panadero y creó un pan enriquecido con mantequilla y frutas confitadas, que rápidamente se convirtió en un éxito en Milán.
Más allá de las leyendas, los registros históricos indican que ya en el siglo XV existían tradiciones navideñas que incluían panes dulces enriquecidos con pasas y especias. En un manuscrito del preceptor de los duques de Sforza, Giorgio Valagussa, se menciona el «Ritual del leño«, donde se servían panes especiales durante la Nochebuena como símbolo de continuidad y prosperidad.
La evolución histórica del panettone
Aunque las leyendas son encantadoras, la primera referencia escrita sobre el panettone aparece en el siglo XIX, específicamente en un diccionario milanés-italiano escrito por Francesco Cherubini en 1814. Por entonces, el panettone era mucho más bajo y compacto que su versión actual.
Fue en la década de 1920 cuando el panettone adquirió su forma característica con la ayuda de Angelo Motta, un panadero milanés que introdujo levadura en la receta para obtener una masa más esponjosa y envolvió el dulce en papel especial para darle su forma abovedada. Esta innovación marcó el inicio de la popularidad masiva del panettone, no solo en Italia, sino en todo el mundo.
Otro panadero, Gioacchino Alemagna, perfeccionó la receta de Motta e impulsó la producción industrial del panettone, lo que ayudó a consolidarlo como un referente navideño. Ambas marcas, Motta y Alemagna, todavía existen hoy en día.
El panettone y su expansión mundial
A pesar de ser originario de Italia, el panettone logró cruzar fronteras gracias a la migración italiana entre finales del siglo XIX y principios del XX. Países como Argentina, Brasil y Perú adoptaron rápidamente este dulce como parte de sus tradiciones navideñas.
En Perú, por ejemplo, Pietro D’Onofrio, un inmigrante italiano, popularizó el panettone bajo la marca D’Onofrio en los años 50, produciendo millones de unidades cada año. Hoy, Perú es el segundo mayor consumidor mundial de panettone, solo por detrás de Italia.
Brasil, por otro lado, se ha convertido en uno de los mayores productores de panettone a nivel mundial, con marcas como Bauducco liderando la industria. Esta empresa, fundada por el inmigrante italiano Carlo Bauducco, produce más de 300,000 toneladas de panettone al año.
Variedades y usos actuales
Hoy en día, el panettone no solo se mantiene fiel a su receta clásica con frutas confitadas y pasas, sino que también ha evolucionado para incluir variantes modernas. Desde rellenos de chocolate y crema de castañas hasta versiones sin gluten, este postre sigue conquistando paladares en todo el mundo.
En países como España, este dulce ha ganado popularidad reciente, especialmente en ciudades como Barcelona. Algunas pastelerías locales han comenzado a producir versiones artesanales que compiten con las importaciones italianas.
Además de su consumo tradicional, el panettone se utiliza en recetas creativas, como bases para postres o tostadas francesas. Incluso ha inspirado festivales dedicados exclusivamente a celebrar este icónico dulce italiano.
El panettone, nacido de la simplicidad y enriquecido por la tradición, es hoy un símbolo de la Navidad que une generaciones y culturas. Desde su historia en Milán hasta las mesas de todo el mundo, sigue siendo un icono irremplazable de las festividades.