Tenía ganas de hacer un bizcocho hace tiempo, perfecto para gastar uno o varios restos de mermelada que hayan ido quedando y que estén ocupando espacio en la nevera.
En este caso he utilizado mermelada de fresa light y, para tratar de quitar el máximo de calorías posibles, stevia en lugar de azúcar y margarina en lugar de aceite. No obstante, os dejo la «versión» calórica para los más golosos.