Una de las frutas de otoño que pocas veces se consume cruda es el membrillo. Poca gente conozco que se coma los membrillos tal cual y mi marido y mi suegro son dos de esas personas, debe venir en los genes! Yo no puedo con ellos, los encuentro ásperos y ácidos, como si me comiera un trozo de madera. De hecho una de las principales propiedades del membrillo es que es astringente. No me extraña!
En cambio convertido en dulce de membrillo sí que me lo como y bien a gusto. Sobre todo para acompañar quesos, tanto tiernos como curados. También para rellenar galletas o dulces. Así que hoy os dejo la receta que suelo hacer en casa, dulce de membrillo a la canela. Al que no le guste la canela, simplemente que no se la ponga.
- 900 gr. de membrillo en trozos sin pepitas
- 600 gr. de azúcar blanquilla
- 300 gr. de azúcar moreno
- 1 limón grande
- 1 cucharadita de canela
- Limpiar bien los membrillos. Podéis pelarlos o bien dejarles la piel, como prefiráis. Si les dejáis la piel aseguraros de limpiar bien la superficie que suele llevar un poco de pelusa. Yo los froto con un estropajo limpio y quedan perfectos. Quirar además la parte central con las pepitas y la zona más dura que las rodea.
- Echar en la jarra los trozos de membrillo y triturar 1 minuto, velocidad 7. Ayudarse de la espátula para facilitar que todos los trozos de membrillo bajen y se trituren. Se puede triturar en 2 veces para que no haya tanta cantidad y a la Mycook le sea más fácil triturarlo.
- Añadir el limón a trozos, pelado y sin pepitas.
- Agregar el azúcar y triturar todo junto 1 minuto, velocidad 7.
- Bajar los restos de las paredes con la espátula. Programar 30 minutos, temperatura 100ºC. velocidad 5.
- Añadir la cucharadita de canela y programar 10 minutos, temperatura 120ºC, velocidad 5, sin el tapón dosificador para que evapore líquido y el membrillo vaya espesando. Vigilar este último paso porque en función de la cantidad de líquido que tengan los membrillos y el limón puede ser necesario reducir el tiempo un poco o aumentarlo. La cuestión es que os debe quedar sin líquido, espesito, pero sin que se llegue a pegar y quemar en las paredes de la jarra.
- Una vez lo tenéis en el punto poner en recipientes y dejar enfriar.
He leído que hay gente que lo conserva a temperatura ambiente, porque con la cantidad de azúcar que lleva se mantiene bien, aunque yo para asegurarme prefiero meterlo en la nevera, eso os lo dejamos ya a vuestra elección.
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