La mermelada es un ingrediente clave en muchos postres como flanes o tartas. Si la ponemos directamente, la consistencia semilíquida que presenta probablemente hará que resbale por la preparación, desmejorando la presentación.
Con un poco de gelatina podemos solucionar este inconveniente y obtener una mermelada bien firme para nuestros dulces. Incluso podemos utilizarla como adorno o para tomar directamente.
- 3 hojas de gelatina neutra
- 150 g de mermelada
- 90 g de agua
- Hidratar la gelatina en agua en un bol 2 minutos.
- Calentar el agua 1 minuto a 70º y velocidad 2.
- Disolver la mermelada 1 minuto a velocidad 2.
- Escurrir la gelatina con la mano, añadir y mezclar 3 minutos a velocidad 2.
- Dejar enfriar en los moldes o en la preparación para la que deseemos utilizarla.
Si la cantidad es mucha, calentar el agua unos segundos o minutos más.
Podemos utilizar la mermelada que más nos guste, en este caso he hecho la gelatina con mermelada de frambuesa.
Si lo prefieres, anímate a elaborar una pannacota con mermelada de frambuesa:
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