Hacer leche de avena en casa es muy sencillo, dese que aprendí no he vuelto a comprarla porque me gusta más la casera y resulta muy económica además. Podemos aromatizarla con canela y limón o con vainilla dependiendo de nuestro gusto. Esta leche no está indicada solo para los intolerantes a la lactosa, es una bebida muy agradable sola o mezclada con cacao, si le añadimos un muesli a base de copos de avena tenemos el desayuno perfecto. Yo suelo usarla para hacer pan de molde y bizcochos en sustitución de la leche de vaca. Si te gustan las leches vegetales te animo a que prepares la leche de coco casera.
Tomar leche de avena es una manera sencilla de beneficiarnos de las propiedades de este cereal que resulta más saciante que ningún otro por lo que ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en sangre, aumenta el tránsito intestinal, es un diurético natural que ayuda a reducir la acumulación de líquido en el cuerpo. Es el cereal que más proteínas contiene además de una gran cantidad de vitaminas B y E, nos aporta valiosos minerales como magnesio, zinc, calcio, hierro y contiene seis de los ocho aminoácidos esenciales, protege al organismo contra la arteriosclerosis, el infarto y la hipertensión.
Leche de avena
Esta leche vegetal es sencilla de hacer y te servirá como base para infinidad de recetas.
Variantes y consejos
La leche de avena no se debe hacer con agua fría, es mejor ponerla caliente o hirviendo, suelo calentar la leche en el hervidor eléctrico de agua mientras preparo el resto de los ingredientes pero también se puede hacer en el microondas. Si utilizamos agua hirviendo la textura de la leche será muy espesa, si la ponemos caliente la leche resultante será más líquida.
Como endulzante podemos utilizar azúcar, miel, melaza o sirope de Ágave.