Estas magdalenas son muy parecidas a las Magdalenas de nata y limón pero llevan mucha nata y poco aceite por lo que resultan menos calóricas y tienen una textura muy delicada, son ideales para los desayunos de los niños porque tienen un sabor marcado a vainilla y eso siempre les gusta.
Parece que siempre estamos buscando conseguir unas magdalenas con un gran copete y no es sólo una cuestión de estética, cuando una masa crece en el horno adecuadamente no se expande hacia los lados desbordándose sino que sube por lo que las magdalenas con copete son sinónimo de magdalenas tiernas y esponjosas.
Magdalenas de nata con vainilla
Tiernas y delicadas para los desayunos más esponjosos y deliciosos.
Variantes y consejos
Si no sueles utilizar pasta o esencia de vainilla puedes poner en lugar de los 125 g de azúcar sólo 100 g y tres sobres de azúcar vainillado.
Estas magdalenas congelan perfectamente, una vez frías las metemos en una bolsa plástica y en el congelador, descongelan bien a temperatura ambiente en menos de una hora.