Ahora que empieza el calor del verano, el sorbete es un postre ideal que os refrescará, os hidratará y ayudará a hacer mucho mejor la digestión tras cualquier comida.
¿Alguna vez os habéis preguntado cuál es la diferencia entre el sorbete y el helado? Pues bien, la diferencia principal es que el primero está hecho exclusivamente de fruta, no lleva ni leche, ni huevos, por esto los sorbetes son aptos para personas con intolerancia a la lactosa y para personas celíacas.
Una dieta variada incluye fruta así que los sorbetes de frutas frescas son una idea perfecta para que los niños no se aburran de tomar la fruta siempre de la misma manera. Ellos mismos los pedirán a todas horas, son mucho más sanos que los helados, ya que como hemos comentado antes, no contienen tanta grasa y también son más refrescantes por su alto contenido en líquido.
Podéis eligir la fruta que más os guste e ir probando en casa, en este caso nos hemos decantado por un sorbete de sandía porque es una fruta que nos encanta e ideal en esta época del año.
- 750 g de sandía congelada en trocitos y limpia (sin piel, ni pepitas)
- 100 g de azúcar o edulcorante
- zumo de ½ limón
- Para congelar la sandía, lo ideal es cortar varias rodajas, quitarle la piel y cortar cada rodaja en dados más o menos similares, estos dados de sandía los metemos en una bolsa o tupper para congelar y listo.
- Con la sandía ya congelada, ponemos todos los ingredientes en la jarra de la Mycook y programamos 2 minutos, velocidad progresiva 5-10.
- Bajamos lo que se quede por las paredes con ayuda de la espátula y mezclamos bien.
- Si nos queda un poco denso le podemos añadir algo más de agua fría, volvemos a triturar y servimos inmediatamente.
- Lo que sobre del sorbete, lo podéis guardar en el congelador sin problemas y tomar en otra ocasión.
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