Lo primero que debemos saber es: ¿qué es un termómetro de cocina y para qué sirve?
Un termómetro de cocina es un utensilio, cada vez más demandado, que mide la temperatura interna que alcanzan los alimentos mientras los cocinamos. Con él podemos controlar la cocción de los alimentos para que nos queden en su punto justo de cocinado, mantengan sus propiedades, conseguir un mejor sabor y sobre todo por salud alimentaria.
Como veis hay varias razones por las que hacerse con un termómetro para la cocina. Hay diferentes tipos, modelos, digitales o láser y habrá que ver qué uso le vamos a dar antes de decantarnos por uno u otro por lo que en este post os voy a desgranar 5 usos que le puedes dar a tu termómetro de cocina.
1. Por seguridad alimentaria
Este es el primer motivo para utilizar uno y es que si nos gusta preparar carnes o pescados en su punto justo de cocción corremos el riesgo de que se nos queden demasiado poco hechos con lo que podemos correr riesgo de sufrir una intoxicación alimentaria. También podremos evitar que el aceite esté a demasiada temperatura a la hora de freír alimentos, la mejor temperatura está entre los 170 º y 180º.
2. Asados
Lo peor que nos puede suceder cuando cocinamos algo al horno es que nos quede seco a quien no le ha pasado esto alguna vez. Para que la carne salga en su punto la temperatura adecuada que deben alcanzar es, por ejemplo, para el pollo o pavo 80-85 º, mientras que para el pescado son 60º. Controlando la temperatura vamos a conseguir que conserven su naturalidad y notar diferentes matices de sabores, aromas…
Si horneamos carne troceada por ejemplo pechuga o muslos de pollo a 75 º, cerdo y ternera sobre 70-75º dependiendo del punto.
3. Panes y otras masas
Cocinar masa y panes es también complicado unas veces nos salen mejor otras peor aún siguiendo la misma receta es complicado que nos salgan siempre bien, con un termómetro conseguimos una textura perfecta. Si no sabéis muy bien dónde comprar un termómetro de cocina, no os preocupéis que cada vez es más fácil encontrarlos sobre todo online en tiendas tipo Amazon pero también en tiendas físicas.
Si hacemos pan será muy útil para controlar la temperatura de la fermentación o del agua o de la leche que añadimos a la levadura, por ejemplo.
Si horneamos un bizcocho y queremos saber si ya está cocido podemos usar la técnica de toda la vida pinchando el centro con un palillo, si sale limpio ya está, pero el único truco fiable es medir la temperatura del interior con un termómetro digital, dará igual el tamaño que tenga, si está a unos 90ºC, significa que ya está listo nuestro bizcocho.
4. Confituras, mermeladas, almíbar, caramelo….
Otro uso que le podemos dar al termómetro es para preparar en casa nuestras confituras, mermeladas, almíbar para emborrachar bizcochos o caramelo líquido, por ejemplo. Dependiendo de cada uso deberemos controlar la temperatura correcta
Para hacer confituras o mermeladas además de los ingredientes tendremos que tener en cuenta la cocción, para que una mermelada quede en su punto además de pectina necesita alcanzar 105º, en ese momento la mermelada ya estará correctamente cocinada. Si nos pasamos de temperatura podemos destruir la pectina y estropear la mermelada.
Hay diferentes tipos de almíbares y dependiendo de para qué los vayamos a utilizar las temperaturas variarán. Podemos preparar varios aquí os dejo las temperaturas correctas para conseguir cada uno de ellos:
- Sirope – 100 º, ideal para frutas en almíbar.
- Punto de hebra fino – 105 º, para frutas escarchadas o pasta de almendras.
- Punto de hebra gruesa – 110 º, este es el almíbar que hacemos en cualquier receta que nos pida un almíbar normal.
- Perlado fino – 110-112 º, para el fondant o turrones.
- Punto de bola dura – 130-135 º, para caramelos, merengue italiano o decoraciones.
- Punto de bola blanda – 120 º, usado en caramelos blandos, jaleas o merengue italiano.
- Punto quebrado pequeño y grande – 140º – 150º utilizado el segundo para caramelos o algodón de azúcar, por ejemplo.
- Caramelo claro – 160 º, este será el que casi todos preparamos para flanes o para hacer cabello de ángel.
- Caramelo oscuro – 170-175 º, se usa para colorear fondos, o salsas.
5. Chocolate
Para atemperar el chocolate, esto sí que se ha puesto de moda y es que de un tiempo a esta parte queremos ser muy perfeccionistas en la cocina y el chocolate es una de las cosas más difíciles a la hora de conseguir dar con su punto. Dependerá del tipo de chocolate, de la cantidad de manteca que lleve pero sobre todo de la temperatura con que un termómetro será imprescindible para que nos salga brillante y con una textura lisa.
Para cada tipo de chocolate necesitarás saber 3 tipos de temperatura: la de fundido, la de enfriado y la de atemperado. Aquí os dejo todas ellas:
- Cobertura de chocolate negro – fundido entre 50º-55º, enfriado a 28º-29º atemperado a 30º-31ºC.
- Cobertura de chocolate con leche – fundido entre 40º-45ºC, enfriado a 27º-28ºC, atemperado a 29º-30ºC.
- Cobertura de chocolate blanco – fundido entre 30º-35ºC, enfriado a 26º-27ºC, atemperado a 28º-29ºC.
Como veis un termómetro es un gran aliado en la cocina y si os gusta cocinar os va a encantar tener uno en casa porque os va a facilitar mucho el cocinado y sobre todo os aseguraréis de que el resultado sea muchísimo mejor. Pero estos no son todos sus usos todavía hay alguno más como por ejemplo para conservas, para asar verduras….. Seguro que ahora más que nunca os está apeteciendo haceros con uno.